
-Déjalo salir a raudales -decía-. Abre tu corazón y no tengas miedo de
que te lo rompan. Los corazones rotos se curan. Los corazones protegidos acaban
convertidos en piedra."
Mamá me
regalo un libro llamado El café de los corazones rotos pensaba que
era una novela romántica y me lleve una pequeña sorpresa porque, si bien es una
historia que trata de amor, no se refiere al amor romántico, de pareja, sino al
amor por uno mismo. Este libro muestra la historia de una segunda oportunidad
para ser feliz rodeado de gente que te ama porque son tus amigos y no esperan
nada a cambio.
Raudales:
Abundancia. Desconocía esa palabra y tuve que buscarla en el
diccionario. Este fragmento del“los
corazones rotos se curan” ¿Y cómo? Es tan fácil decirlo y tan bonita la
combinación de esas palabras pero, sentirlo aquí dentro, que te quema, que te
arde, que te duele y mata de espacio es totalmente diferente, ¿cómo puedes
curar un corazón roto?
libro ha tocado mi corazón de una manera
especial, quizás porque estoy pasando por esa etapa de mi vida donde comienzo a
cuestionar al Amor, donde siento que el amor que pude dar fue “malgastado” y me
arrepiento en cierta manera por haberlo dado a “raudales”. Siempre fui un
hombre de corazón duro, como una roca, cerrándome la posibilidad a sentir, a
amar, a conocer sentimientos que te hacen vibrar, que te dan escalofríos; Abrí
mi corazón con todo el temor del mundo a salir lastimado, y ahora está roto…
pero
--No sé perdonar. Me miro a los ojos.
--Nadie Sabe. Lo que hay que hacer es levantarse por las mañanas y
poner un pie delante del otro. Dar un paso tras otro, dejar que las heridas
cicatricen hasta encontrar la fuerza para enterrar el pasado.
Cuando lo
estás pasando mal, cuando sufres, cuando la vida te da un revés, la gente
siempre intenta consolarte diciéndote que el tiempo lo cura todo. MENTIRA. El
tiempo no cura nada. Lo que realmente cuenta es lo que haces durante ese tiempo,
mi problema es que no tengo ni la más remota idea lo que haré durante todo este
tiempo, solo intento pasar el día entero sin pensar en el tema, sin dar vuelta
a preguntas sin respuestas pero se llega la noche y me castiga, cuando estoy
tan cansado que no me quedan más fuerzas
para eludirlo, termino soñando con su ausencia.
Finalmente, no
se puede renunciar a aquello que no puedes dejar de pensar durante todo el día.
Quizás no te estoy extrañando a ti, solo estoy extrañándome a mí cuando era
feliz contigo.